Después de las dos brutales represiones que le han asentado las fuerzas pretorianas del aparato represivo del estado zeferinista, el 14 y 30 de noviembre a estudiantes y egresados de Ayotzinapa, y que el mismo ejecutivo local ha reconocido que no se imaginaba el monstruo que encontraría como gobernador de Guerrero; en las antípodas, 35 organizaciones sociales de la entidad guerrerense se reunieron en Acapulco el pasado martes 4, para hacer un frente común a la represión del gobierno local, y posteriormente, harán una consulta popular que seguramente se comprobará que ya no tiene el consenso del pueblo y así entregar los resultados al Senado de la República para de ser posible proceder a la desaparición de poderes en Guerrero.
La Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG), el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, La Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a La Parota (CECOP), el Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco), asimismo, el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que ha anunciado el reinicio de hostilidades en un comunicado fechado el 3 de diciembre, y 28 organizaciones más, no están dispuestos a perder un solo día del espacio público “confiscado” por un gobierno represor, autoritario y oligárquico.
Frente a la postura intransigente y violenta del gobierno del estado, rudos como suelen forjarse en las catacumbas las fuerzas policíacas (federal, estatal y municipal), acorralan a estudiantes y egresados de Ayotzinapa en el Congreso del Estado y en la casete de la Venta de la mal llamada Autopista del sol.
“Orden, honradez y ornato”: los cuerpos policíacos cumplen con el deber de garantizar a toletazos y gases lacrimógenos, para imponer el imperio de la ley, el viejo estado de Derecho con el que se protegían los señores feudales de la naciente burguesía del siglo XVII. A estas alturas de la espiral de la violencia. Los efectivos policíacos se han reforzado con dos destacamentos de la Policía Federal Preventiva (PFP), brazo operativo de la Secretaría de Seguridad Pública en Acapulco y Chilpancingo, los dos puntos más importantes del movimiento estudiantil de Ayotzinapa.
Aunque el gobernador ha declarado recientemente, que ahora sí está dispuesto a dialogar, pero no presenta ningún proyecto educativo viable para la comunidad estudiantil de Ayotzinapa; lo más seguro es que continuará la brutalidad en cadena, por todas las vías y desde todos los frentes de la represión oficial. Pero además, sin correr de la SEG, a José Luis González de la Vega porque sería tanto como abrir otro frente de oposición a su gobierno, de la profesora Elba Esther Gordillo, quien también operó en el proceso electoral a favor de Torreblanca Galindo.
Al gobierno plutocrático no le importa mucho que los muchachos de Ayotzinapa bloqueen el Congreso del Estado, sino cuando bloquean la autopista, porque alejan a los turistas que le dejan dinero a la burguesía acapulqueña, como es el caso de Ernesto Rodríguez Escalona, priista confeso, secretario de Turismo, renejuarista. El contragolpe, la respuesta rabiosa, vengativa, cruel, encarnizada de los cuerpos policíacos liberados por el alto mando autorizados para golpear sin piedad no solo a los estudiantes de Ayotzinapa, sino a los movimientos sociales críticos del gobierno plutocrático.
El desproporcionado despliegue de la fuerzas represivas, los muchachos responden con valentía inaudita, pero sin arsenal a su alcance. Repelan la agresión de la policía, pero en desventaja, algunos de ellos caen heridos, 57 fueron detenidos, a otro le afectan las piernas a través de un pesado autobús, y a otro más un pretoriano de la PFP, le talla la cara con una bota fascista.
Ahora el gobernador ha dialogado con los muchachos de Ayotzinapa, pero no admite la presencia del licenciado Juan Alarcón Hernández, Presidente de la CODDEHUM, ni del doctor Pablo Sandoval Cruz, ni de Abel Barrera, coordinador de Tlachinollan, ni otros líderes populares con más conocimientos que él, es decir, el gobernador no quiere testigos de lo que no está dispuesto a cumplir. Ni mandado a hacer…
jueves, 6 de diciembre de 2007
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