jueves, 15 de marzo de 2007

La Revuelta Campesina en Tixtla

Tixtla- Venían desde el Santuario de Nuestra Señora de la Virgen de la Natividad, eran alrededor de mil campesinos, con rostros enojados, porque se sienten engañados por un gobernador y un alcalde insensibles a sus reclamos, Zeferino Torreblanca Galindo y Rogelio Nava Peralta, no los oyen ni los entienden; menos les resuelven sus problemas fundamentales. Una tercera parte de ellos entró a la sala de cabildos de la presidencia municipal de Tixtla, al grito de ¡queremos solución!, ¡no imposición al paquete del biofertilizante! , ¡queremos julioción!, en son de broma a su líder natural, Julio Cortés, quien tiene una enorme capacidad de convocatoria.

A los pocos minutos, un “asesor” abrió la puerta de la oficina de la presidencia, para decir que era portador de un mensaje de su jefe, que lo esperaran sólo 5 minutos para atenderlos. Julio Cortés, dijo, le damos 10 minutos, pero que salga a darnos la cara…de lo contrario, ¡ le vamos a tirar la puerta !, dijo el líder natural campesino enardecido… la espera se prolongó por 15 minutos. De momento se abrió la puerta que comunica con la sala de cabildos, se notaba el rostro desencajado del alcalde Rogelio Nava Peralta, le acompañaba su séquito: Margarito Xantzin Espíritu, síndico; algunos regidores, Rufino Salgado, director de desarrollo rural y el licenciado Mario Hernández, quien fue el que inició dando una “cátedra” sobre el biofertilizante, los tipos de suelos, entre otros temas, cuando llevaba 10 minutos de su “conferencia”, un campesino le marcó el alto ¡no venimos a que nos den conferencias!, queremos saber si el alcalde nos va a apoyar, o no. Nada más queremos eso.

¡Que se calle el representante de la Secretaría de Desarrollo Rural, no queremos que nos doren la píldora y que hable el presidente!, dijo uno de los líderes del campo. Visiblemente sonrojado, Nava Peralta, le tuvo que entrar al ruedo. Se le notaba nervioso, no podía mencionar el nombre de biofertilizante. Pero lo que dijo es una decisión que ya está tomada por el gobernador; necio y rapaz.

La revuelta campesina tixtleca del día martes 13, se debe a que de los gobiernos priistas, recibían 8 bultos de sulfato de amonio y 5 bultos de granulado, a éste le llaman el paquete tradicional. Con la llega del gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo y el regreso del PRD a la Presidencia Municipal de Tixtla, ahora le denominan paquete “óptimo”, que pretende imponer el titular del poder ejecutivo local a los campesinos es: 5 bultos de sulfato de amonio, en lugar de 8; y un bulto de granulado en lugar de 5. Más un bulto de biofertilizante, este último es la novedad zeferinista para los campesinos, sin embargo, este paquete “óptimo” es rechazado tajantemente.

El error del alcalde Rogelio Nava Peralta, al dirigirse a los campesinos fue que los quiso atemorizar, diciéndoles que el fertilizante que ellos han utilizado durante muchos años era una amenaza mundial, que ocasiona terribles males a las tierras y al medio ambiente. Craso error. De inmediato la revuelta campesina le dijo que mejor se callara, que él nunca ha sido campesino ni ha sembrado tierras.

Los campesinos de Tixtla no están solos, los apoyan diversas organizaciones como el Distrito de Riego 09, los cenecistas, el Frente Cívico de Tixtla “Ignacio Manuel Altamirano” que dirigen Pascual Poctzin Martínez y Gaudencio Díaz Jiménez; el Grupo Renovador de Tixtla del PRI, que dirigen Alejandro Hernández, Vicente Astudillo Navarro, Ernesto Pastenes, Héctor Coctecón, etcétera; organizaciones campesinas de Atliaca, Almolonga, entre otras organizaciones de la sociedad civil.

En la revuelta campesina pudiera estar el germen de la caída del alcalde de Tixtla, por eso es importante que RNP atienda el llamado de los campesinos, pero si otra vez los engaña y aún terminando su periodo de tres años, de todas las maneras el PRD, difícilmente va a retener el poder político, ya que por lo menos mil votos el sol azteca va a tener en su contra en octubre de 2008.

En suma, las alternativas son pocas y optar por cualquiera de ellas resulta preocupante, la revuelta campesina tixtleca solo quiere una: 8 bultos de sulfato de amonio y 5 bultos de granulado. El bulto de biofertilizante, puede ser extra, pero nada más. Las costumbres hacen leyes.

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