lunes, 26 de diciembre de 2011

Aguirre en el ojo del huracán

AGUIRRE, EN EL OJO DEL HURACÁN

Ernesto Ortiz Diego

El gobierno de Ángel Aguirre se encuentra en el ojo del huracán, o continúa gobernando con las dos familias (Aguirre y Salgado), con la vieja oligarquía del PRI, con el figueroismo y con el SNTE, o transita hacia una Reforma del Estado, con un nuevo protagonismo, con una alianza con el pueblo, con una redefinición ideológica que ubique a su gobierno en el centro izquierda.

La Reforma estatal no es una simple reconstrucción o renovación de antiguas estructuras y métodos; se trata de la construcción de un nuevo proyecto estatal, y en un nuevo espacio político, producto de una nueva relación entre la tecnocracia, las instituciones emergentes y la sociedad civil, los partidos políticos y las organizaciones sociales.

En este marco la Reforma del Estado en Guerrero, debiera adoptar una tendencia a desempeñar un nuevo rol, en el que abandonara buena parte de sus antiguas responsabilidades sociales, como no rentables. En Guerrero se debe elevar la eficiencia y eficacia del aparato estatal: la descentralización, la profesionalización de los servidores públicos y la desregulación de los sistemas administrativos.

De ahí que la descentralización y transparencia de la gestión pública es expresión de un “nuevo modo de acción pública” en virtud de la cual el propio espacio de lo “privado y lo público” tiende a ser redefinido.

En esta perspectiva, la actitud del gobierno de Aguirre debe asumir la redefinición estatal buscando generar un impacto en las nuevas formas de participación y en el debate sobre el espacio político que debe crearse a través de las nuevas modalidades de gestión gubernamental, definidas como buen gobierno (gobernanza y reingeniería estatal).

La nueva gestión estatal y el saber en el cual se suscribe le otorga a la decisión gubernamental un carácter desideologizado, lo que permite al Estado ubicarse por encima de la sociedad. El Estado en esta perspectiva se conceptualiza como la “organización organizada de organización (ooo), concepto que facilita en tender la orientación de la gerencia estatal y la gobernanza.

Así, la modernización para el gobierno de Aguirre se convierte en un referente, desde el cual se organiza la Reforma estatal y se busca definir el futuro que intenta construir. De esa manera, “modernidad-posmodernidad” se constituye en el tema central de actualidad, como el espacio que marca la necesaria Reforma del Estado que necesita Guerrero.

Lo que están en juego es una lucha por la redefinición del agotado proyecto anterior y la emergencia de otro. Como lo plantea el sociólogo francés Alain Touraine, es la articulación entre dos mundos: el tradicional y el moderno.

En el actual gobierno de Aguirre y en los anteriores priistas y perredistas, de modo literal el pueblo de Guerrero se ha quedado sin representación política; de allí la tendencia a la apatía ciudadana, a la confusión, a la desorientación, a la desafección y el desinterés por la política.

Situación según sociólogos y politólogos de prestigio, el gobierno de Aguirre hoy más que nunca, se encamina a la democracia fallida, entendida como democracia sin contenido político y, por lo mismo, sin la posibilidad de garantizar la satisfacción de las cada vez más amplias necesidades y demandas de las sociedad guerrerense.

Por último, conviene señalar que en la discusión política sobre el tema de la crisis de la Escuela de Ayotzinapa por los dos estudiantes asesinados el 12 de diciembre, lo que se necesita es una nueva institución educativa que trabaje mejor y cueste menos.

Por otra parte, en ambos marcos teóricos subyace una nueva consideración sobre el concepto de la gestión pública para establecer un régimen basado en el control estratégico de resultados, en el que los instrumentos son la autonomía de las entidades públicas, la tercerización de servicios, la transparencia de la información pública, la flexibilización de los sistemas administrativos y la atribución de la responsabilidad de la gestión de los funcionarios encargados mediante un sistema de indicadores de gestión.

La experiencia de Nueva Zelanda es retomada como ejemplo, como una vía radical para lograr los tres objetivos sobre los cuales existe consenso: reducir el costo del Estado, mejorar su desempeño y hacerlo más transparente y responsable (accountability).

eodiego@yahoo.com.mx

sociólogo (UIA) y politólogo (IIEPA)

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