domingo, 5 de agosto de 2007

COMICIOS EN BAJA CALIFORNIA

“Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan…!Mi plumaje es de esos! Salvador Díaz Mirón.

Tixtla- Ante el estupor de cientos y la admiración inconfesable de miles (al menos eso revelan las encuestas en aquella entidad), el hijo del profesor Carlos Hank González —insignia de la corrupción y la impunidad que definen al viejo régimen— no sólo ha remontado una considerable desventaja en las encuestas, algo que ya se veía venir, sino que logró pasar una aduana que muchos consideraban insalvable: el artículo 42 de la Constitución estatal, la llamada Ley antichapulin, que le imposibilitaba para contender por la gubernatura, la cual, de acuerdo con la debatible —por decir lo menos— sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), violaba los derechos políticos del ciudadano Jorge Hank Rhon, hasta hace unos meses presidente municipal de Tijuana.

Además de Baja California, Aguascalientes y Oaxaca —más leña a un fuego que no se extingue— completan la jornada electoral del próximo domingo 5 de agosto. Si sobresale aquella entidad fronteriza no es sólo porque se trata de comicios generales (renovación de la gubernatura, 25 escaños del Congreso local y cinco municipios) sino, entre otras razones,

Por el valor simbólico de la plaza: la cuna de la alternancia política. Se trata de la primera entidad cuya gubernatura le arrebató Acción Nacional al PRI. Hace 18 años que el PAN llegó para quedarse en la casa de gobierno en Baja California. El 12 de julio de 1989, en pleno arranque del salinismo y la “concertacesión” como momento inaugural de la transición política, Ernesto Ruffo Appel hizo historia al derrotar al invencible. Seis años después, Héctor Terán Terán (primer senador blanquiazul) repitió la hazaña. Tras su repentina muerte (1988), le sucedió el también panista Alejandro González Alcocer. De la mano del ex alcalde de Mexicali, Eugenio Elorduy Walter, llegó la tercera al hilo, quizás la derrota más dolorosa para el priismo.

Por las consecuencias políticas que trascienden el ámbito estatal: 1) Si Hank Rhon gana, la democracia mexicana pierde: se inaugura un nuevo piso, grado cero de la clase política: después de Mario Villanueva, Ulises Ruiz y del góber precioso, Mario Marín, sólo otro priista, como Jorge Hank, podía bajar todavía más el listón; 2) Una victoria del PRI en Baja California supondría un acicate para que el partido siga siendo el mismo, el de siempre, para que posponga de forma indefinida su tantas veces aplazada reforma, significaría un premio, pues, del electorado, un voto por el pasado y los viejos usos; 3) Después de Yucatán, una derrota en Baja California encendería los focos rojos en Acción Nacional: dos de sus enclaves históricos habrían cedido ante el embate de la marea roja.

PARTIDOS Y CANDIDATOS
Paso al bipartidismo. Son cinco suspirantes pero se trata de una contienda parejera entre el panista José Guadalupe Osuna Millán, candidato de la Alianza por Baja California (Acción Nacional, Nueva Alianza y Partido Encuentro Social), frente al priista Jorge Hank Rhon, candidato de la Alianza para que vivas mejor (PRI, Partido Verde —siempre congruente, postula a un candidato que ama tanto a los animales que los hace chaleco o los capa para convertir su penes en infusión— y Partido Estatal de Baja California).

Testigos propiciatorios, los otros suspirantes son Jaime Enrique Hurtado de Mendoza, postulado por el PRD; María Mercedes Maciel Ortiz, candidata de la alianza Convergencia-Partido del Trabajo, quien por cierto será recordada por haber llegado tarde al “debate” organizado por el Instituto Electoral Estatal de Baja California; y Carmen García Montaño, candidata de Alternativa Social Demócrata.

Sin duda, el show de estos comicios ha corrido por cuenta de Hank Rhon. Por estrategia o circunstancia, Jorge Hank ha dado la nota en este proceso: y no ha sido sólo por sus bebidas afrodisíacas (su tequila reposado con tres penes, cuerno de venado, hiel de oso, víboras y alacranes) y sus desplantes de junior o de narco (sus automóviles y su jauría, sus fiestas multitudinarias y su inagotable “altruismo” que en tiempo electoral podría “mal interpretarse”).

Ha sido todo un acierto de los estrategas del PRI —para qué regatear— haber convertido los comicios en una especie de referéndum respecto de su candidato, gracias a ello han concentrado la atención de los medios de comunicación y del electorado, además, claro está, de los efectos de una muy ostensible e intensiva campaña proselitista que tiene tapizada gran parte de la entidad con la foto de su candidato.

A toro pasado, es innegable que el litigio en torno a la candidatura de Hank Rhon, derivado de la prohibición establecida en el artículo 42 de la Constitución de Baja California, terminó siendo una inestimable plataforma mediática para el candidato priista.

Y sin embargo, el hilo se rompió por lo más delgado: el Tribunal Electoral hizo valer la jerarquía jurídica de los tratados internacionales dentro de la arquitectura judicial mexicana. A la merma de los derechos políticos que supone ese artículo 42 de la Constitución local, opuso el artículo 25 del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos y el artículo 23 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, lo que les permitió concluir que los requisitos que se impongan deben basarse en “criterios objetivos y razonables”, sin definir qué se entiende por ello.

Como era de esperarse o de temerse, la sentencia judicial no sólo le abrió el paso a Hank Rhon sino que lo catapultó. En todo ese tiempo, Jorge Hank no ha hecho otra cosa que acortar la distancia en las encuestas con respecto a Osuna Millán. Los sondeos disponibles al día de hoy, revelan que si la contienda electoral empezó con una ventaja de más o menos 15 puntos a favor del panista, hace un mes, antes del fallo del TEPJF, ya se había reducido a menos de diez puntos: de acuerdo con los datos de Reforma, publicados el 11 de junio, Osuna Millán obtendría 51% de los votos, mientras que Hank Rhon se quedaría con el 43%; muy, pero muy lejos, aparece Jaime Enrique Mendoza con 4%, y María Mercedes Maciel con 2%.

Alcalde de Tijuana de 1995 a 1998 y miembro activo del PAN desde 1995, José Guadalupe Osuna Millán fue desplazado, durante varias semanas, de los reflectores pero no de las encuestas. Como sea, mantiene la delantera y altas posibilidades de confirmar la hegemonía panista en el estado. Pero Jorge Hank Rhon, tiene un enorme poder económico con el que va a comprar miles de votos, que le pudieran dar la victoria este domingo 5 de agosto.

Pasado en claro. No son los poemas de Octavio Paz. Me refiero a la persona que escribió en el Buzón a Diario de Guerrero, ayer jueves 2: “Cree que si, que el gobierno le paga a los (sic) todos los columnistas. Se refiere a todos los columnistas y que tratan como dioses a Zeferino, Carlos Álvarez, José Natividad Calixto, al edil de Zumpango (¿?), a los secretarios de educación, seguridad Pública…” . Ojalá que este señor le aclare lo siguiente, con todo respeto…

En mi caso, no escribo columnas mitoteras, estas llevan un nombre y título fijo, entre otras características. De todos estos señores que menciona el autor del envío al buzón, solo he saludado, muy brevemente, sin dialogar con ellos, una vez en mi vida: a Zeferino Torreblanca Galindo, en su campaña para gobernador en una comunidad de Chilapa, y al secretario de Educación en el CONALEP-Tixtla, una sola vez también, a los demás hasta ahora nunca los he saludo.

El género periodístico que escribo es el análisis político de coyuntura, porque estudié en la Universidad Iberoamericana una licenciatura en Sociología, con especialidad en sociología política, y varios diplomados de once meses cada uno: análisis político, planeación estratégica, prospectiva política, entre otros estudios; no pretendo confesarme ante usted. Respeto lo que escriben los demás, ellos tienen su forma de vivir; yo la mía. Por eso está bien el fragmento que escribí arriba de Salvador Díaz Mirón, el poema: A Gloria: “Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan…!Mi plumaje es de esos !”

Por favor señor no me confunda… yo si fui a la escuela, tengo documentos con que comprobar mis estudios.

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