miércoles, 12 de marzo de 2008

16 DE MARZO: DIA “D” EN EL PRD

Mención aparte merece el partido del sol azteca. Este 16 de marzo es su turno en la renovación de su dirigencia nacional. El PRI lo hizo en marzo y el PAN en diciembre el año pasado; la socióloga Beatriz Paredes Rangel y Germán Martínez Cázares son los nuevos dirigentes, respectivamente. Sin duda, la lidereza tricolor ha tenido más éxito que el panista, al recuperar importantes posiciones políticas para su partido, recordemos el caso de la gubernatura de Yucatán. Llegó la hora para el PRD. Nuevamente se pondrá frente al espejo y tratará de salir lo menos maltrecho posible. Ya desde el año pasado se pusieron algunas piezas sobre la mesa que anticiparon la correlación de fuerzas: en lo referente a la reforma judicial y las enmiendas y adiciones al Cofipe, los diputados perredistas votaron divididos. Un tercio de la bancada ---identificados como pejistas--- no convalidó ninguna de las reformas.

A nivel nacional, en el PRD cuatro políticos levantaron la mano para dirigir al partido: Alejandro Encinas, Jesús Ortega, Camilo Valenzuela y Alfonso Ramírez Cuéllar. Se percibe una feroz contienda ---quizá con golpes bajos y guerra sucia--- entre los dos principales contendientes: Alejandro Encinas y Jesús Ortega.

La candidatura de Jesús Ortega tuvo su primera victoria en el Congreso del partido de julio pasado, cuando su corriente, Nueva Izquierda (NI), logró cerrar al ámbito partidario ---únicamente militantes--- la elección del Comité Nacional. No obstante, ahora como entonces, la moneda por la dirigencia sigue en el aire: “los Chuchos tienen el control del PRD y la mayor fuerza militante, lo que, en teoría, les da amplias posibilidades de acceder ---por fin--- a la dirigencia nacional del sol azteca. Ortega lleva en Guerrero de fórmula para la dirigencia local a Misael Medrano Baza, quien ha sido cuestionado duramente por sus opositores por estar utilizando todos los recursos posibles para imponerlo en una elección de estado.

Alejandro Encinas Rodríguez, profesor de la facultad de economía de la UNAM, es el gallo de Andrés Manuel López Obrador, este martes 11, escribió en El Universal 10 compromisos, me interesa rescatar el número 4, que dice: “Un partido con autonomía del poder público y de los poderes fácticos. Que erradique todo tipo de intervención gubernamental en los asuntos internos del partido. Un partido que, a su vez, respete la autonomía de las organizaciones y de los movimientos sociales y rechace toda práctica clientelar o corporativa”. Sin duda, un mensaje cifrado para el gobernador de Guerrero y al dirigente ya de salida del PRD en nuestra entidad. Encinas lleva de fórmula en Guerrero al diputado federal Víctor Aguirre Alcaine, quien se hace llamar el candidato de la Izquierda Unida, pero resulta que no es tal, porque hay otras corrientes de izquierda que tienen candidatos propios. Lo que si es cierto es que el también coordinador de la bancada de la diputación perredista en la Cámara de Diputados si ha provocado un desgajamiento a las corrientes del gobernador y del secretario general de gobierno.

El legendario político de izquierda, Camilo Valenzuela, busca por cuarta ocasión la dirigencia nacional del PRD, le acompaña en la fórmula aquí en Guerrero, su paisano, el sinaloense y economista, Javier Ibarra Angulo, con residencia en Tixtla y con 26 años trabajando como funcionario público en nuestra entidad. Camilo Valenzuela, representa la izquierda más radical, es amigo del profesor Othón Salazar Ramírez, militante histórico del Partido Comunista Mexicano.

Valenzuela y Javier Ibarra han hecho una campaña austera, los dos son apoyados por la Red de Izquierda Revolucionaria (Redir), su proyecto es fundar una escuela de democracia participativa de desarrollo político-intelectual. Asimismo, construir una tendencia democrática con un plan para refundar al PRD, es decir, ellos no hablan de tribus ni corrientes, sino de tendencia que transforme al sol azteca en un Partido Frente, que busque la unidad de las izquierdas para enfrentar a los demás partidos a través de una lucha ideológica marxista-leninista.

Se espera una elección competida y los escenarios no son nada alentadores. Si se diera la derrota de Encinas, podría traer como consecuencia el rompimiento de Andrés Manuel y sus seguidores con la burocracia del sol azteca: Todos perderían con la ruptura. Pero quien ganaría sería el Partido Convergencia porque López Obrador formaría una alianza con Dante Delgado, Alejandro Chanona y Luis Walton Aburto. La moneda sigue en el aire...

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