martes, 10 de enero de 2012

Árbitro completo

ÁRBITRO COMPLETO

Ernesto Ortiz Diego

Las autoridades electorales resienten el trajín de la primera vez. No es de ahora sino desde el 2009, pero a falta de mucha legislación secundaria para acompasar la modificación constitucional los árbitros se han visto compelidos a llenar huecos y subsanar vacíos, muchas veces de forma embrollada y poco práctica.

El nombramiento de Sergio García Ramírez, Lorenzo Córdova y María Marván como nuevos consejeros del ife fue una buena noticia, finalmente. Con su experiencia, conocimientos y probidad, los tres seguramente elevarán el nivel de los debates y coadyuvarán para afianzar jurídicamente las decisiones de la autoridad administrativa. Aunque tardía, certera decisión del Congreso. A nadie convenía —menos a los que se siente ganadores— un Instituto Federal Electoral (ife) tasajeado y mancillado por los mismos jugadores.

Pero en estos mismos días, para no ir tan lejos, en acatamiento a una petición que por oficio le remitió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el ife aprobó un acuerdo enredado o, al menos, conflictivo para el sentido común en respuesta a la consulta formulada por Andrés Manuel López Obrador, respecto a sus derechos y obligaciones como “precandidato único” a la Presidencia de la República. Así lo estableció la autoridad: “…por ningún motivo la imagen o nombre de los precandidatos únicos podrán aparecer en los promocionales de radio y televisión, pero [el Consejo General] acepta que éstos puedan asistir y participar en eventos públicos con militantes y simpatizantes, así como a universidades e instituciones públicas y privadas, siempre y cuando no solicite el voto a favor o en contra de un oponente.”

¿Proselitismo sin pedir el voto…? Seguramente existen formas bien simuladas para hacerlo. Por lo pronto, López Obrador se siente “como pez en el agua” en los mítines, mientras que Peña Nieto ha optado por privilegiar las arengas en el mismo círculo partidario.

Queda claro que nada está escrito. Tanto el penoso resbalón del puntero en la carrera sucesoria en diciembre pasado (en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara), como la renuncia del Humberto Moreira a la dirigencia nacional del pri nos recuerdan la incertidumbre del terreno democrático, los vaivenes del juego político… Tampoco está cantado el triunfo de Peña Nieto y el pri ni la salida del pan de Los Pinos ni, aunque más remoto, tampoco puede descartarse el milagro para el lopezobradorismo y la izquierda.

2012, año de renovación política en México. A lo largo del ciclo se irán develando cuestiones de enorme trascendencia, como el papel del presidente Calderón en el desarrollo de los comicios, la calidad de la competencia por el poder público, el nuevo inquilino de Los Pinos, la conformación del Congreso de la Unión.

Todo ello, en medio de una panorama económico inercialmente mediocre: con crecimiento de alrededor de 3% del PIB y la creación de apenas 510 mil empleos formales –de acuerdo al Banco de México-; una locomotora gringa a medios gas (la expansión del vecino se calcula en 1.9% del PIB), una contracción en la Eurozona –se contempla una contracción de 0.3% en el PIB…Con algunos acontecimientos de diversa laya y catadura, como la visita del jefe del Estado Vaticano, el Papa Benedicto XVI, a Guanajuato, programada del 23 al 26 de marzo…Como la reunión en Los Cabos, del G-20, el grupo de los países más relevantes para la economía, presidido este año por México y justo en un momento de alta incertidumbre financiera, tanto en Europa como en Estados Unidos.

2012, por donde se le vea, es un año crucial para el país, lo mismo por su estadio político –democracia extraviada, transición inacabada-, como económico –el “estancamiento estabilizador” no conduce a ningún lado- y social –más de la mitad de la población en condiciones de pobreza- que por lo que está en juego en los comicios del uno de julio. En todo caso, la ciudadanía tiene el reto de exigir soluciones viables, compromisos realizables, inteligentes e imaginativos.

Sociólogo (UIA), politólogo (IIEPA)

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