Simple y sencillamente, a partir de abril, mes en que iniciará oficialmente el proceso electoral en Guerrero, hasta el día de la jornada comicial, no habrá tregua. Casi está demás insistir sobre lo que estará en juego en los próximos comicios locales: la renovación del Congreso del Estado y las 81 presidencias municipales, el tuétano del sistema político guerrerense.
La disputa dentro del juego de las alternancias inicia con una variable novedosa: en el arranque de la competencia las encuestas dibujan una singular ventaja en la joya de la corona, Acapulco, para el senador Luis Walton Aburto, de Convergencia; por el PRI la candidatura para esta misma posición, la buscan Manuel Añorve Baños, coordinador se asesores del Senador Manlio Fabio Beltrones, aguirrita; y Fermín Alvarado Arroyo, diputado local, figueroista. Por el PRD, el más viable, César Flores Maldonado, chavarrista.
A no dudarlo, en los próximos meses ---más o menos de enero a abril--- la disputada será por la definición del orden de los contendientes. Como Walton Aburto sigue punteando todas las encuestas, se podría decir que estos cuatro meses será por ganar el segundo lugar. Las preguntas que se irán contestando en este lapso del tiempo son: ¿habrá un rival o dos para el senador convergente ?, ¿se manifestará de nuevo el voto útil o “estratégico”?, ¿en qué sentido y para qué candidatura? De ser así, ¿qué tanta fuerza tendrá?, cuál será, si alguno, el que candidato que “desinfle”?
Más allá y más acá de la silla presidencial acapulqueña, es mucho lo que se juega en esta primera elección de medio sexenio zeferinista. Sin duda, la pieza mayor ha pasado a formar parte de una estrategia mucho más articulada y compleja.
En parte por el peso de la historia ---él país de un solo hombre”, diría Enrique González Pedrero, ex director de la FCPyS de la UNAM y ex gobernador de Tabasco---se suele centrar la atención en la sucesión de dos presidencias municipales en Guerrero: Acapulco, por peso económico y Chilpancingo, por ser el corazón político y cultural de nuestra entidad, la primera en poder del PRD y la segunda en poder del PRI.
Con mayor o menos maestría, los diputados ya resolvieron el trance de la reforma electoral y la ley de presupuesto de egresos 2008, pero a los partidos políticos les falta resolver la no menos conflictiva rebatiña por las candidaturas a diputados locales, presidencias municipales, sindicaturas y regidurías. Todas estas posiciones bajo la nueva Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Guerrero (LIPEEG), la cual fue enérgicamente debatida por los diputados de Convergencia: María Guadalupe Pérez Urbina y Mario Ramos del Carmen; por el PAN: Jessica Eugenia García Rojas, Benito García Meléndez y José Juan Francisco Rodríguez Otero; por el Partido del Trabajo: Rey Hernández García y Marcos Salazar Rodríguez. Por el PRD, el único diputado que votó en contra, Ramiro Solorio Almazán.
Dada la inestabilidad del escenario y lo cerrado de la próxima contienda, no sería exagerado afirmar que según resultan sus particulares desafíos en este terreno ---de diversa índole, magnitud y complejidad---, los actores políticos podrían arrancar en condiciones muy distintas a las que registra el escenario actual. Lo que ocurra en las próximas semanas y cuando se registren las candidaturas uninominales y listas plurinominales, marcará el derrotero de las distintas opciones, así como la imagen de cohesión y consistencia política que ofrezcan al electorado.
Pasado en claro: Agradezco infitinitamente la reciente visita a Tixtla que hizo a nuestra familia mi primo Oscar Reséndiz Castro, coronel retirado y licenciado en derecho formado en la UNAM, con su esposa Blanca , residentes en el puerto de Acapulco.
martes, 8 de enero de 2008
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