jueves, 24 de enero de 2008

DIÁLOGO CON LA DIPUTADA PEREZ URBINA

La reciente imposición de la reforma electoral en los últimos días de diciembre, a la diputada María Guadalupe Pérez Urbina, no la ha amainado; el PRD y el PRI abusaron de su mayoría. La lucha política seguirá, sobre todo, por la cercanía del proceso electoral para renovar los 81 ayuntamientos y las 46 diputaciones locales.

“Nos impusieron una reforma electoral a modo, con la que nos quieren borrar a los partidos emergentes del sistema político guerrerense: Convergencia, el Partido del Trabajo, el PAN, y el Partido Alianza por Guerrero, este último partido con registro local. Pero Convergencia les quitará Acapulco el 5 de octubre de este año que comienza y las 7 diputaciones ubicadas en el puerto por el efecto Luis Walton Aburto”.

Nos recordó cuando Eloy Vallina, exclamó frente a José López Portillo al nacionalizar la Banca, al poderoso empresario chihuahuense, lo afectaron con el Banco Comermex de su propiedad ¡Me quitaron la banca, pero les quitaré Chihuahua! , y lo cumplió, apoyó las candidaturas a presidentes municipales del PAN en 1984 que derrotó al PRI donde se asentaba el 70 % de la población; Chihuahua se pintó de azul.

Me dice en este primer diálogo la diputada del Partido Convergencia. Ella llegó a la diputación plurinominal por su intensa labor que desarrolló durante la campaña a la presidencia municipal del ahora Senador Walton; su base de poder, es por la cercanía y gestoría que ha hecho en las colonias populares. No tiene un pasado priista, lo que le da pureza en la política de partido, trayectoria limpia; ajena al juego de las alcantarillas.

No se trata del diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, que publicó Maurice Joly en 1864. De lo que se trata es ver cómo piensa una legisladora con un nuevo perfil, sobre temas de coyuntura de lo que acontece en nuestra entidad suriana, como por ejemplo, la nueva Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Guerrero, cuáles son sus ventajas y desventajas que tiene en comparación con el anterior Código Electoral; el por qué nos pudiéramos quedar sólo en una reforma electoral excluyente y no una reforma del Estado como la que ha estado exigiendo la sociedad guerrerense; por qué no se ha dictaminado favorablemente la iniciativa de la Ley de Participación Ciudadana, que ella presentó al inicio de esta 58 Legislatura; por qué lo principal para Guerrero en la Ley de Egresos 2008, debe ser el desarrollo social como la educación y la salud; por qué en nuestros sistemas político y electoral, lo principal debe ser la pluralidad, y no el bipartidismo del PRD y del PRI.

Estas y otras cuestiones, no solamente de coyuntura, sino también la diputada convergente en los próximos diálogos pretende abordar temas de prospectiva política porque le preocupa el futuro de las nuevas generaciones de guerrerenses, para qué mundo nuestra juventud se prepara en esta nueva revolución tecnológica, sobre todo en estos últimos 30 años, y que ha estado afectado la vida en sociedad, una consolidación tecnológica del capitalismo, que lleva como escudo el neoliberalismo, centrado en la acumulación de la riqueza, en la sociedad de consumo, en el capitalismo financiero, en la sociedad del conocimiento.

Ciertamente, para Aristóteles una democracia debería ser plenamente participativa y que su meta debería ser buscar el bien común. Por eso ---me explica la diputada Pérez Urbina---, en estos últimos diez meses que le quedan a la actual Legislatura va a volver a impulsar la iniciativa de la Ley de Participación Ciudadana, porque contiene figuras jurídicas de democracia directa como el plebiscito, el referéndum, la revocación de mandato, entre otras, pero impulsadas desde la sociedad, no desde la cúspide del poder, es decir, transferirle el poder al pueblo, como pensaba Juan Jacobo Rousseau.

En otras palabras -para cerrar este primer diálogo con la diputada del partido color naranja- me dice, Aristóteles consideraba que es imposible hablar de democracia donde hay pobreza y riqueza extremas. Por eso en Guerrero aún no podemos hablar de una democracia plena, mientras haya pobreza y desigualdad social. Pero el espacio se ha agotado esta vez.

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