jueves, 11 de octubre de 2007

Crisis en el Mercado de Tixtla

Toma de posiciones cristalinas y despliegue de señales contradictorias, el gobierno del Estado y la presidencia municipal de Tixtla, celebran la baja en el nivel del agua en la laguna ahora llamada “negra”, y que, si todo sale bien, en 10 días los damnificados regresarán a sus casas.

Es decir, hay una “celebración” de una crisis de una obligación que debieron haber prevenido, sin embargo, la negligencia de Rogelio Nava Peralta y el olvido y marginación de esta ciudad histórica, por parte de las autoridades del gobierno local en años ancestrales, vuelve a poner de manifiesto la preocupación del sector más empobrecido del municipio, ante el desorden que priva en la vida pública: democracia inoperante, institucionalidad improductiva, falta de liderazgo y errática conducción de la economía, la pobreza material y desencanto ciudadano sobre todo de los gobiernos que llegaron al poder con las siglas amarillas en el 2005.

No es la primera vez que ocurre ni será la última, desafortunadamente; esperemos que haya el control del agua de la laguna, y que se atiendan los mil 424 casos de enfermedades de la piel, vías respiratorias, parasitosis, diarreas, traumatismos y quemaduras, que informó Luis Barrera Ríos, secretario de Salud, que existen en Tixtla (prensa local, 5 de octubre). Así también los sembradíos, casas y muebles que se echaron a perder.

Llama la atención, empero, que ahora Rogelio Nava Peralta tiene otra crisis que resolver, el pleito entre dos grupos de comerciantes que ya se dieron cuenta que los ha estado manipulando como sucede con él por el grupo de “asesores” que le impusieron Armando Chavarría Barrera y Sebastián de la Rosa desde Chilpancingo, como si Tixtla fuera una simple colonia en pleno Siglo XXI. Y con la misma moneda de la demagogia pretende manipular a los comerciantes.

Uno de estos dos grupos de comerciantes, han denunciado que el regidor de desarrollo urbano y obras públicas, Juan Vargas Espíritu, del PRD, pretendía vender un terreno donde se construiría el nuevo mercado en 7 millones de pesos, en franca componenda con el alcalde para privatizar la obra, además, le quitaron los baños del mercado porque don RNP en casi dos años solo declaraba que entraban únicamente 300 pesos al día, pero la realidad es otra, el dinero que entra son entre mil quinientos y mil setecientos pesos, es decir, ¿ Quién se quedaba con los mil pesos por día ? ¿ Y qué se hizo a ese dinero, alrededor 30 mil pesos mensuales ? ¿ Se destapará la cloaca en el segundo informe de desgobierno municipal ?

Por su parte, el otro grupo de comerciantes, el que se considera Comité, han denunciado que el actual mercado ubicado en el centro de la ciudad de Tixtla, además de que ya no es funcional, pues tiene 40 años aproximadamente de existencia, ahora representa un peligro porque pudiera incendiarse como ya hubo intento en el trienio anterior; Protección Civil del gobierno del Estado hizo esta advertencia a los comerciantes. En consecuencia, este viejo mercado, debe trasladarse hacia la periferia de la ciudad, pero ya no le tocará a Nava Peralta, porque están en puerta los destapes de los candidatos y las campañas. El tiempo se le vino encima.

Es decir, el actual grupo en el poder municipal de Tixtla, es una “clase” política enana que no ve más allá de mañana o pasado mañana, que solo ve la presidencia municipal como un botín como la vio la primera vez el PRD cuando llegó al poder con Jorge Vargas Alcaraz, a quien el Congreso del Estado le revocó el mandato por corrupción en el 2002, tal vez no tanto por él, sino por el grupo de aventureros deshonestos que le acompañaron en aquel triste trienio, y que ahora en el 2005, regresaron al poder con Rogelio Nava Peralta, por cierto, también se puede repetir la historia de la revocación del mandato por deshonestidad e ingobernabilidad.

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