jueves, 11 de noviembre de 2010

MEMONRÁNDUM DE MAQUIAVELO

El título Memorándum de Maquiavelo, son los secretos de Niccolo Machiavelli, autor de El Príncipe, es algo así como un catálogo de consejos para los gobernantes que quieren mantenerse en el poder sin escrúpulos, sin demasiados principios y teniendo presente las propuestas: “el “fin justifica los medios”. Y “Es mejor ser temido que amado”.

En esta biografía, se destaca la participación de los especialistas en filosofía política, en particular a Quentin Skinner, profesor de la Universidad de Cambridge y autor del libro Los fundamentos del pensamiento político moderno.

Originario de Florencia, Italia; secretario y embajador de la República Florentina. Nació en 1469 y falleció en 1527. Sagaz observador de las realidades políticas de su tiempo y a la vez enamorado de la Historia. Famoso por su libro El Príncipe.

El ejercicio diario de la política ahora, es tan falto de escrúpulos, tan agresivo, tan destructivo como lo fue en la época de Maquiavelo y tal vez aún más. El Príncipe.

Maquiavelo fue hijo de un abogado, creció en Florencia y por lo que sabemos fue enviado a estudiar con el mejor maestro del período Renacentista; la primera vez que se hace presente en la política de Florencia, es en la época de influencia de Jerónimo Savonarola (1452-1498), predicador dominicano, comparable a Willy Graham de la actualidad, de oratoria fogosa y exaltada, un motivador de multitudes, de gran convicción cuando afirmaba que Florencia sería una ciudad de lujuria, de vicios, de placer; si los florentinos no ratificaban y volvieran a los caminos de Dios, la ciudad estaría perdida.

Pero el puritanismo y la independencia del régimen, irritaba al papado lo suficiente para que Savonarola fuera arrestado y quemado en la hoguera en los primeros meses de mayo de 1498. La primera carta que conocemos de Maquiavelo, se refiere a la caída de Savonarola, a quien detestaba profundamente, insistía que era un hipócrita. Aparece en las páginas de El Príncipe como el “profeta desarmado”, y la moraleja es que el profeta desarmado tendría que sufrir.

Savonarola fue ejecutado, y cuando se efectúan nuevos nombramientos, el joven Maquiavelo de 29 años de edad es elevado a una posición privilegiada. Es nombrado Segundo Canciller de la República, y en ese puesto, se convierte en Secretario del llamado Diechi, el encargado militar quien manejaba las relaciones exteriores de la republica florentina.

Maquiavelo tenía una enorme inteligencia, un estilo que denotaba gran conciencia del poder de la palabra; un hombre que amaba la antítesis; un hombre al que le gustaba impactar con las palabras que usaba, en los sentimientos que expresaba; le agradaba afectar a las demás personas, como sucedió con Savonarola.

Es un hecho muy impactante que Maquiavelo casi nunca se refiere al arte de su época, El Renacimiento, y sin embargo, al hombre a quien dedicó su libro El Príncipe, Lorenzo de Medici, es el Médici cuya estatua fue esculpida por Miguel Ángel.
“De todos los hombres que he conocido, El Príncipe es el que más se acerca a personificar el desnudo ideal del poder, fue el Duque de Valentino, César Borgia”, El Príncipe.

Maquiavelo admiraba a César Borgia, principalmente porque vio en él, un hombre resuelto y determinado quien no se detenía ante nada para lograr sus fines. El fin justifica los medios.

“Aprendí en mi época que no hay amistades en la política, todos somos tiburones merodeando, esperando rastros de sangre en el agua. Uno puede afirmar con certeza sobre los hombres que son muy ingratos, además mentirosos y engañosos, evitan el peligro y codician el poder, mientras los trate bien serán suyos, pero cuando están en peligro se volverán contra usted”. El Príncipe, capítulo XVII.

Cuando Florencia es derrotada por España, los Médicis se fueron al exilio, Maquiavelo fue implicado de haber colaborado con el enemigo, sin que se hubiera aclarado su posible participación en el complot; al regresar los Médicis al poder de Florencia, Maquiavelo fue despedido el 7 de noviembre de 1512, fue enviado a prisión y ahí torturado con la garrucha, el torturado es elevado a cierta altura y luego se le deja caer rompiéndole los huesos, era costumbre hacerlo 6 veces, pero parece que a él se lo hicieron varias más, porque creían que él tenía información no revelada. Es importante recordar que un día fue Segundo Secretario de la Cancillería de Florencia y al día siguiente estaba en una cárcel siendo torturado.

Mquiavelo fue liberado en marzo de 1513, se retiró de inmediato a su pequeña propiedad en la aldea de San Andrea, en Percusina a diez kilómetros al sur de Florencia, es ahí donde comienza a escribir desde 1513 hasta su muerte en 1527, con una prosa ágil y clara, escribió 8 libros, los más importantes son: El Príncipe y Discursos de la primera década de Tito Libio.

En forma reiterada Maquiavelo escribe: “He perdido el único propósito de mi vida, no soy de utilidad para nadie. No puedo servir a mi país ni a mi mismo. No hago algo que tenga importancia”. Además escribe: “No me importaría que me emplearan como sirviente, pero debo regresar a la política”.

La agonía que sufrió Maquiavelo cuando dejó su cargo, era el estar siempre en espera del “llamado”, una agonía que comparten muchos políticos, un “llamado” que posiblemente nunca llegará…

Como escribe la doctora Soledad Loaeza, politóloga de El Colegio de México, muchos son los políticos que pueden ser considerados maquiavélicos, porque pueden recurrir prácticamente a cualquier medio con tal de acceder al poder y sobre todo mantenerse en él. Una política sin escrúpulos, una política sin piedad, ni misericordia.

eodiego@yahoo.com.mx

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