sábado, 26 de junio de 2010

MONSI, LA CONCIENCIA CRÍTICA DE MÉXICO

La primera vez que vi a Carlos Monsiváis, hace algunos años, fue en el Palacio de Hierro-Durango, en la ciudad de México, era inconfundible, su cabellera blanca, pantalón de mezclilla y chamarra azul, sumamente sencillo, amable, en mi caso, ya tenía conocimiento de su enorme popularidad por ser la conciencia crítica de México.

Sin duda alguna, fue el mejor cronista y ensayista que ha tenido México, Monsi, siempre se definió como heredero de Ignacio Ramírez “El Nigromante” y de su alumno predilecto, Ignacio M. Altamirano. Aunque había estudiado en la Facultad de Economía (1955-58) y en la Facultad de Filosofía y Letras (1955-60) en la UNAM, asimismo, en la Universidad de Harvard (1965); en el ejercicio del periodismo y de la literatura, lo que él en realidad practicaba era la sociología latinoamericana, apoyándose siempre en la historia, porque sus crónicas no se circunscribían a la Ciudad de México (La Merced), donde nació el 4 de mayo de 1938, sino que su pensamiento se situaba en el contexto latinoamericano.

Con el fallecimiento de Monsi, este 19 de junio en su ciudad natal, la cultura popular y la literatura de habla hispana y portuguesa se han quedado huérfanas, porque antes de su muerte se le adelantaron Carlos Montemayor (28 de febrero de 2010); Gabriel Vargas (25 de mayo de 2010); Bolívar Echeverría (5 de junio de 2010); José Saramago (18 de junio de 2010). Entre Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998 y Monsi, el fallecimiento de los dos fue únicamente de un día de diferencia, fueron grandes amigos, juntos entrevistaron en marzo de 1998 y el 20 de diciembre de 2000 al subcomandante Marcos en Chiapas.

Los grandes amigos de juventud de Monsi, fueron los escritores José Emilio Pacheco y Sergio Pitol, con este último, defendió a López Obrador en contra del fraude electoral orquestado por Felipe Calderón y el PAN, en el proceso presidencial de 2006. Una herida aún abierta contra la democracia mexicana. Otras amistades de Monsi, fue la escritora Elena Poniatowska, Rafael Barajas “El Fisgón” y José María Pérez Gay, con este último viajó a Rusia. Con Monsi, José Emilio y Pitol, se habían tomado una foto hace 50 años en la ciudad de México, y en la Feria Internacional del Libro, de Guadalajara se tomaron la segunda foto en diciembre de 2009, José Emilio Pacheco, emocionado, se le atravesó un presagio: “Esta será la última que …”, el 19 de junio, desafortunadamente, la muerte de Monsi, le completó la frase.

Monsi, tenía una enorme cultura, era prolífico, admiraba al escritor Tixtleco, Ignacio Manuel Altamirano, por ello, la doctora Nicole Giron, lo invitó en su tiempo, para que escribiera un prólogo en 1987, en las obras completas del maestro Altamirano, en el tomo VII, veamos lo que escribió: “ Hay que enseñarle al lector los sentimientos nacionales, los métodos de ironía y sarcasmo que incluyen a su propio ambiente, las reacciones morales, incluida la más ardua, la que suscita la presencia de la miseria externa. El espíritu nacional se construye de reacciones extremas (el amor al pueblo, la devoción por la patria, el odio a la injusticia) y, el sacudimiento del alma ante la miseria es un signo de la moral de la nación”.

Monsi y Julio Scherer García, escribieron el libro “Tiempos de saber”, sobre el caso Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, del 28 de junio de 1995, ambos expresaron: “La Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde se indica los responsables, el gobernador Rubén Figueroa Alcocer; José Rubén Robles Catalán, ex secretario general de Gobierno; Antonio Alcocer Salazar, ex procurador general de Justicia; Rodolfo Sotomayor Espino, ex primer subprocurador de Justicia; Gustavo Olea Godoy, ex director de la Policía Judicial; Rosendo Armijo de los Santos, ex subsecretario de Protección y Tránsito, Adrián Vega Cornejo, ex fiscal especial; y Esteban Mendoza Ramos, ex director general de Gobernación; todos ellos del estado de Guerrero”. La resolución dictamina la responsabilidad de altos funcionarios públicos, y en algunos casos se ejercen las acciones penal correspondientes. No importa: el desenlace les favorece y todos resultan absueltos o con sentencias menos.

El tiempo, les dio la razón a Monsi y Scherer. Por alguna razón, la SCJN, no citó el nombre de Héctor Vicario Castrejón “el hombre del maletín”, quien compró a la familia de los asesinados de Aguas Blancas, perversidad aún sin justicia.

En unos de sus Iibros más recientes, Las herencias ocultas. De la Reforma liberal del siglo XIX (2006), la conciencia crítica de México, le dedicó un ensayo al maestro Altamirano “O somos liberales, o somos liberticidas”. Monsi, Descasa en paz.

eodiego@yahoo.com.mx

1 comentario:

José Roberto Hernández Fuentes y Samuel F. Velarde dijo...

Interesanate artículo del colega Ernesto.

Samueel F. Velarde (Cd. Juárez)