lunes, 26 de diciembre de 2011

Ingobernabilidad en el gobierno de Aguirre

INGOBERNABILIDAD EN EL GOBIERNO DE AGUIRRE

Ernesto Ortiz Diego

En el campo de la gobernabilidad encontramos un amplio abanico de enfoques teóricos, que por su significación conviene señalar algunos:

La vertiente representada por uno de los clásicos de la teoría de la gobernabilidad Manuel Alcántara politólogo español, para quien la actual crisis de paradigmas de modelos de desarrollo y sistemas políticos ha desgastado las bases de la gobernabilidad en muchos países y la entidad guerrerense no es la excepción. Por lo mismo Alcántara, entiende la gobernabilidad como “el conjunto de condiciones que hace posible el ejercicio del poder político y económico en una determinada sociedad”.

Observa el politólogo español que en América Latina la gobernabilidad se desdibuja bajo esquemas de “ruptura” que amenazan con dar paso a nuevos sistemas políticos, sociales y económicos emergentes, puesto que su origen se gesta bajo condiciones de extrema presión, tanto internas como externas, así como por un gran descontento social de amplios sectores de la población (Alcántara, 1995).

Esto ha estado sucediendo en Guerrero desde el uno de abril cuando Ángel Aguirre dio a conocer su equipo de gobierno, las dos familias Aguirre y Salgado fueron ubicadas en el poder político, financiero y educativo; y le dejó al PRD parte del aparato represivo del Estado (ARE), la procuraduría de justicia a Alberto López Rosas, la seguridad pública a Ramón Aguirre Almonte, y Antonio Valenzuela Valdez, director de la Policía Ministerial del Estado; con el conflicto de Ayotzinapa a los tres los tronó; solo quedan pendientes David Jiménez Rumbo, secretario de Desarrollo Social, y Lázaro Mazón Alonso, secretario de Salud, que en cualquier momento pudieran ser renunciados de sus cargos aprovechando el proceso electoral federal y local, como una salida aparentemente digna.

En esta perspectiva, el concepto gobernabilidad incluye al Estado, pero lo trasciende, pues también abarca las organizaciones del sector privado y de la sociedad civil. De manera que son tres los actores de la gobernabilidad: Estado, sociedad civil y partidos políticos.

Cuando alguno de estos tres actores falla, un gobierno cae en ineficiencia, se presenta la ingobernabilidad, como le ha estado sucediendo al gobierno de Aguirre, la sociedad civil no ha fallado, los que si han fallado es el Estado y los partidos políticos. Estos porque han vendido o rentado sus siglas como ha sucedido con el PRD que han tenido que ofrecerle las candidaturas a gobernadores a dos personajes que no son militantes de su partido como Zeferino Torreblanca Galindo y Ángel Aguirre Rivero, el primero identificado con la derecha del PAN y el segundo con la derecha del PRI, aunque Aguirre ha dicho que es un político de izquierda su comportamiento es rudo y agresivo como lo ha demostrado desde que fue encubridor de Figueroa en el Caso Aguas Blancas, los asesinatos en El Charco, la paliza a profesores de la CETEG en Acapulco, el 12 de octubre, y los dos asesinatos de estudiantes de Ayotzinapa, el 12 de diciembre en Chilpancingo, curiosamente al gobernador Aguirre le gusta golpear el día 12 de cada mes.

En suma, el gobierno de Aguirre ha caído en ingobernabilidad porque no satisface las demandas populares desde el 1 de abril a la fecha, gobierna con una oligarquía, en los ocho meses y días que lleva su gobierno se observa mayor inestabilidad y menor productividad; mayor incertidumbre de los actores políticos, al situarlos bajo una presión incrementada.

Bajo esta perspectiva, el movimiento popular, los movimientos sociales, aparecen retomando el camino, en busca de nuevas vertientes de movilización y protagonismo, para que haya justicia con los dos asesinatos de los estudiantes de Ayotzinapa y para que haya gobernabilidad en Guerrero, porque no se puede vivir con un gobierno oligarca que no da respuestas positivas a las demandas populares.

eodiego@yahoo.com.mx

sociólogo (UIA), politólogo (IIEPA)

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