DEBATE, EL ARTE DE LA POLÉMICA
Ernesto Ortiz Diego
Lenin (1870-1924), fundador de la URSS, decía que el debate público es una lucha abierta de un pensamiento contra otro pensamiento, un choque de ideas y opiniones. Sin embargo, a veces se considera la polémica como un medio para vengar una “ofensa”, para aniquilar al oponente.
El objetivo de esta colaboración, es dar una idea de lo que es el concepto del debate como arte de la polémica. De ninguna manera mi intención es levantarle la mano a uno de los tres candidatos que participaron en el debate (Ángel Aguirre Rivero, Manuel Añorve Baños y Marcos Efrén Parra Gómez) este martes 18 en el puerto de Acapulco; escribir a favor de quien ganó o perdió el debate, es convertirse en matraquero y propagandista de uno de los tres candidatos.
El continuador del Marxismo, Lenin, libró una enconada batalla contra opositores concretos, y sin embargo no fue una lucha contra “personas”, sino contra ideas, contra fracciones, escuelas y corrientes que arrastraban al Partido Bolchevique, a la socialdemocracia internacional al pantano o al borde del abismo.
Para Lenin polemista, lo importante en primer término era la esencia de clase de las concepciones que se refutaban. Se puede “liquidar” al adversario político –afirmó- con un análisis serio y principista de lo esencial de sus criterios.
Refutar una corriente político-ideológica hostil, privarla de toda influencia en el pueblo, es una tarea que no se resuelve derrotando a personas, así sea muy importante, simplemente porque el lugar de una “persona” puede ser ocupado por otras diez. La polémica no es la crítica de un disidente o inconforme, sino un medio para convencer a lectores y oyentes de radio y televisión.
El poder de los medios
Sin embargo, entre nosotros, algunos grupos mediáticos actúan como árbitros mercenarios comprometidos con una de las partes en pugna, ya sea con Ángel Aguirre o Manuel Añorve, por mencionar a los dos candidatos más fuertes en la disputa por la gubernatura de Guerrero, haciéndoles el trabajo sucio en su lucha por el poder.
Cada medio se apalanca en un segmento del espectro político y adopta una línea editorial que solo contenta y satisface a una de las corrientes en pugna, pero pierde objetividad y credibilidad ante la opinión pública. No es recomendable canibalizar a lectores, televidentes y radioescuchas.
La delgada línea que separaba a los medios de la comunicación profesional de la prensa amarilla en algunos medios se está difuminándose, puesto que los diarios de referencia se están dejando contagiar por este clima de alarmismo y sospecha generalizados, a fin de no perder una cuota de mercado amenazados por la intensificación de la competencia mediática.
Los tres candidatos debatieron sobre cuatro ejes temáticos: sociedad, economía, gobierno y reforma del Estado; y una conclusión de 2 minutos cada uno. Es decir, discutieron sobre lo esencial. La más importante condición para triunfar en las discusiones es una estrategia correcta y una táctica polémica flexible.
El candidato que haya ganado el debate este martes, es porque conoce mejor los subterfugios de sus adversarios. Sabe dilucidar el carácter y el objetivo de la polémica, sabe sopesar por anticipado las posibles consecuencias para, en su caso, no dejarse arrastrar a una discusión innecesaria y dañina y, en otro, por el contrario, desplazar al adversario de su posición de silencio, en la cual podía ubicarse por consideraciones tácticas.
Al escuchar el debate de los tres candidatos, pude observar que ninguno de los tres ha leído el libro de Lenin “El arte de la polémica”, porque no utilizaron los recursos para un debate de altura; tampoco estuvieron profesionalmente bien asesorados. Sin embargo, se pudo avanzar en algo, en el sentido de que este debate es el primero que se da en Guerrero por la gubernatura. Es histórico, no cabe la menor duda. Marcó un hito en la política guerrerense.
sociólogo (UIA) y politólogo (IIEPA)
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